Los argumentos detrás de los autos chocolates

Columna originalmente publicada por el periódico El Financiero 18 de octubre de 2021.

El fenómeno está presente en todo el país. Algunos hablan de 1.5 millones de unidades. Su comercialización es continua. Los llamados autos chocolates son un hecho tan creciente, como inocultable. Y una vez más, un presidente anuncia un proceso regularización. Los argumentos son idénticos: es mejor tener un registro de esos autos y debemos ser sensibles a que para muchos es la única forma de hacerse de un medio de transporte privado. Y una vez más, La Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) responde con argumentos idénticos: que se afectarán las ventas de modelos nuevos; que se reducirá la recaudación de impuestos federales; y que habrá una reducción en el valor de los autos usados. ¿Cuántas veces hemos escuchado esto en nuestra vida adulta? El número que quiera quiero. Lo que es un hecho es que la cadena de valor de la comercialización de autos en México ha crecido y evolucionado y los argumentos de ambos lados ya no embonan en el México T-MEC post-pandemia. ¿Cómo aproximarnos entonces a este fenómeno para no vernos repitiendo regularizaciones en sexenios subsecuentes? Aquí tres reflexiones para la provocación:

1) Trabajemos la reducción del precio de los autos nuevos.- De todos los segmentos de precio, privilegiando la idea de que un auto nuevo produce mucho más valor ambiental que cualquier diferenciación socio-económica. Abroguemos el ISAN e incrementemos la deducibilidad de manera casi ilimitada. Reduzcamos la depreciación acelerada que viven esas máquinas, poniendo énfasis en la tecnología híbrida (de transición) y en la eléctrica.

2) Incentivemos que las agencias de marca vendan autos seminuevos importados.- Permitamos que la  región compartida de producción de autos nuevos a la que pertenecemos también tenga un mercado compartido de semi-nuevos ampliado y dinámico. Fabricantes y distribuidores deberán negociar cuál es la mejor forma de hacerlo, pero ahora que las agencias están vendiendo lo que pueden y no lo que quieren es el momento oportuno para que la autoridad facilite el emplacamiento de autos seminuevos importados en ese canal formal de manera intensiva.

3) Controlemos la circulación por emisiones y lo demás vendrá por añadidura.- Ningún vehículo en México debería poder circular sin pasar por una verificación de emisiones y obtener el holograma que le corresponda.

Y no sólo porque es correcto que los dueños de los vehículos afinemos nuestros autos periódicamente para reducir al máximo posible los gases emitidos por la combustión, sino porque es más probable que las policías locales detengan un vehículo por falta de holograma que por cualquier otra razón. ¿Tiene dudas? Quíteselo al suyo y me dice. Cualquiera que analice los retos de 2021 en la comercialización de vehículos nuevos en el país, no tardará mucho en observar que su venta está más afectada por la falta de inventario que por incapacidad de compra. Los seminuevos –que tienen un momento favorable – se venden más por la entrada de nuevos jugadores no tradicionales. Los usados –que tienen una recuperación de precio– enfrentan ciclos más largos por la retardación en la renovación. Y la venta de autos chocolates seguirá ahí en razón de los precios marginales de esos autos en Estados Unidos no por la aspiración de sus consumidores a poseer un auto ilegal. Es tan relativamente fácil ingresar importar temporalmente un

coche para luego dejarlo en México y tan sencillo ingresar cualquier unidad a la franja fronteriza para luego trasladarla a cualquier entidad, que la única forma de atenuar ese mercado de la informalidad es abaratando la legalidad y estimulando más mercados formales en la comercialización de autos usados

importados.

Bien dice John Maxwell en su libro El Lado Positivo del Fracaso: “Un problema es algo que puede resolverse. Un hecho de la vida es algo que tiene que asimilarse”.