Conexión funcional: El ingrediente de los equipos con enorme fuerza de despliegue

Columna originalmente publicada por el periódico El Financiero 05 de julio de 2021.

No es ni fácil, ni automático. Los problemas intrínsecos a la presión por el resultado ocurren en un laberinto de personalidades que le dan forma al actuar de los equipos de trabajo.

Y es que, con lógica competitiva, las empresas cubren puestos que responden a su funcionamiento organizacional. Integran equipos en los que pocos decidieron con quienes trabajar, pero todos –con talentos diversos y en ambientes específicos– están obligados a dar resultados construyendo conexiones funcionales.

En su definición más simple, una conexión es la unión entre dos o más personas (o cosas) con el propósito de que entre ellas haya una relación o una comunicación fluida según las circunstancias lo requieran.

¿Qué se percibe en el día a día cuando en un equipo de trabajo impera una conexión funcional? Aquí tres elementos para la reflexión directiva:

1) La gente es vista, escuchada y valorada. – Identificando las muy variadas formas que cada miembro del equipo tenga para expresar sus inquietudes o proyectos, es notorio cuando quienes tienen roles de liderazgo aprecian la complementariedad que cada colaborador aporta al esfuerzo conjunto.

La conexión se alimenta de esos pequeños momentos en donde el director ‘cacha’ a alguien haciendo las cosas bien; escucha las perspectivas que cada posición puede aportar y constantemente encuentra momentos para pulir la forma de hacer o decidir.

2) La gente puede aportar y recibir observaciones sin sentirse juzgada. – Ni siquiera los equipos con más talento o mayor índice de éxito están exentos del error o de la necesidad de mejora continua.

Los ambientes colaborativos parten de la construcción de grados mínimos de tolerancia para escuchar perspectivas opuestas, en tonos que a veces no gustan o con argumentos que en ocasiones no se comparten. La conexión se muestra, sin embargo, cuando el propósito de una perpetua comunicación posible es intrínsecamente positivo y, aun en momentos acalorados, goza de un alto respeto por el interlocutor y sus capacidades.

3) En ese equipo, la gente obtiene sostenimiento y fuerza. – Toda conexión funcional se nutre del anecdotario de momentos de presión y de retos superados.

Y es precisamente ese vínculo a resultados mayores y el sentirse parte de un todo superior el que ofrece a cada integrante de esa célula productiva una inyección de energía y mentalidad específicas que nutren su conocimiento, potencia e impulso.

La conexión funcional en un equipo no es atadura, ni una liga que no resista distancia. Es una sensación de pertenencia a un grupo tan responsable como comprometido con sus funciones críticas.

Las organizaciones deben mucho de su éxito a la capacidad de sus equipos para trabajar coordinados, cohesionados y en permanente comunicación, especialmente en momentos incómodos o estructuralmente retadores para la viabilidad del negocio.

Bien dicen los que saben que la conexión a la que todo director aspira es un vínculo que exige al conjunto un desempeño en altísimo estándar siempre alimentado por la autoexigencia individual de cada uno de los talentos.

Sólo así un equipo goza de enorme fuerza de despliegue.

Y la Cumbre AMPROFEC será en Zacatecas

Setenta líderes de la Industria de Reuniones tienen cita del 7 al 9 de julio en el Palacio de Convenciones de Zacatecas en la Cumbre de la Asociación Mexicana de Profesionales en Ferias, Exposiciones, Congresos y Convenciones.

Braulio Arsuaga, Rodrigo del Val, Alejandro Escalante, José Navarro, Javier Gámez y Enrico Gallorini destacan en la nutrida lista de conferencistas que ha confeccionado la presidenta Celia Navarrete.

Con el copatrocinio de AHM Registro, Encore, Allenamenti Speakers, Jukebox y EDG International el evento coloca a Zacatecas en la lista de destinos coloniales que hay que tener en el radar.